Arquimia y Urbatopías


Por Arquimia y Urbatopías pretendo hacer evidente algunos rasgos arquitectónicos desde una óptica humorística, sarcástica y crítica. Urbatopía puede ser la utopía o su contrario, la distopía, pero desde una caracterización urbana. He aquí, algunos ejemplos.



La historia del Edificio Palmas 555.

Desde hace un par de años investigo los edificios más icónicos y sugerentes de la Ciudad de México, construidos en la segunda mitad del siglo XX. Me encontré con el Edificio Palmas 555, cuya figura hoy, resulta tan interesante. Al internarme en la bibliografía que existe al respecto, llegué a la inmensa y extraña biblioteca del Collège de Pataphysique, cuya ubicación omitiré por razones personales. En ella, encontré un extraño libro en donde se halla un soneto titulado “Sordo Soneto Madaleno”, perteneciente al Enfiteuta de la Subcomisión de Arquimia y Urbatopías, el poeta Velcus Merme; quien en uno de sus constantes viajes a esta ciudad, escribió los siguientes versos dedicados al edificio en cuestión:

En este país tiembla en demasía
Tierra que movimiento nos ha brindado
Quien al mareo se ha acostumbrado
No siente los treinta y ocho sismos al día

Pero qué decir de los ecos telúricos
Memoria del agua que ha custodiado
Ciudad cuyo antiguo lago ha amplificado
Vibraciones para alimentar a histéricos

Este edificio de los años setenta
Una gran historia ha guardado
Gremio de arquitectos se lamenta

Porque los temblores le han deparado
A cada piso moverse de forma lenta
Y a su verticalidad han doblegado.

De regreso en México, me dirigí inmediatamente a este edificio. Con la ayuda de una vieja fotografía en blanco y negro, pude observar los grandes cambios que ha tenido este edificio en el tiempo. Desde 1975, año en que fue construido, este edificio ha resistido estoicamente los sismos que a cada momento se sienten en la capital mexicana. A cada movimiento telúrico le corresponde también un movimiento a su verticalidad. Después de haberme quedado absorto durante un par de horas, tomé algunas fotografías de su estado actual para compararlas con las antiguas. He aquí el resultado.

Comparación del edificio en fotografía tomada en 1975 y en 2018.
(Alteración de fotografía original de Guillermo Zamora, fotografía actual Israel Meneses Vélez.)

La Puerta Trasera de Reforma.

La Avenida Paseo de la Reforma ha tenido a partir de comienzos de este siglo, una inversión inmobiliaria que no se había visto en décadas. Con ello, pretende quitarle el puesto de "centro financiero" a Santa Fe, y colocarse como uno de los más importantes de Latinoamérica a nivel global. Si se observa, el nodo urbano conformado por la Torre Mayor, BBVA Bancomer, Reforma y Punto Chapultepec (actualmente en construcción), es fácil imaginarse una puerta de entrada, pero ¿a dónde? Quizá sea a un sueño que sólo pertenece a unos cuantos. Al respecto, la revista Letras Libres sacó un artículo en noviembre de 2015, en donde los autores decían:

"Más que señales de un nuevo desarrollo y de la prosperidad de un país, son el testimonio de la libre especulación, de la falta de regulación gubernamental que permite la construcción de activos privados sin tener en cuenta su impacto. En el mejor de los casos, son formas genéricas de la especulación. En el peor: síntomas de que algo malo posiblemente esté por suceder." (Escrito por Georgina Cebey y Diego Olavarría). 1

Es claro que este Boom inmobiliario beneficia sólo a unos cuantos, por lo que su ubicación es en la zonas de mayor plusvalía, de las cuáles, la avenida en cuestión, es una herencia que dejó Maximiliano de Habsburgo en contra de toda traza urbana que había por aquellos años en la ciudad. A ella se alinearon posteriormente, parte de la colonia Juárez y la Cuauhtémoc. Sin embargo, las colonias anteriores a su construcción y aún las posteriores que conforman su perímetro no inmediato, no pudieron adecuarse a su traza, ya que ésta rompe el tejido natural-urbano ó histórico urbano de la ciudad, por tener más de 30° de diferencia en una orientación oriente-poniente.

Qué decir de la posterior ampliación de la avenida a principios de los años sesenta, que partió en dos el tejido urbano representado por la colonia Guerrero, La Lagunilla y Peralvillo. Si se camina en esta zona, desde el metro Hidalgo hasta Tlatelolco, las medianeras de los edificios, las casas y las iglesias, evidenciarán un proyecto inacabado, una modernidad que no cubrió todos los rincones. A esta altura de la avenida, es donde se puede ver la espalda de la ciudad, las promesas no cumplidas.

Si bien, el nodo urbano al que hablaba al principio, es la representación de una puerta de entrada a una nueva modernidad ¿en dónde se encuentra la puerta trasera?

Las torres del Caballito y Prisma, culminan el recorrido financiero de la avenida Reforma. Por un lado se encuentra la Alameda Central y el Centro Histórico; por el otro el Monumento a la Revolución y la sede de los sindicatos de la CTM; y detrás, las colonias populares más antiguas de la ciudad.

Como parte de esta metáfora, se ha proyectado una intervención a estos últimos edificios, formando una puerta, la puerta trasera de Reforma.

 Fotografía y alteración realizadas por Israel Meneses Vélez.

 Fotografía y alteración realizadas por Israel Meneses Vélez.

 Fotografía y alteración realizadas por Israel Meneses Vélez.

1 Ver la nota en: http://www.letraslibres.com/mexico-espana/la-altura-generica-el-boom-rascacielos-en-el-df



La leyenda Imeca del platillo volador.

En el número 300 del Paseo de la Reforma, en la esquina con Belgrado, un edificio ha sabido llevar en silencio su extravagancia. Coronando su altura, un volumen redondo y blanco, sobresale del alineamiento del edificio.

Siendo parte de un atractivo Roof Garden, este simpático elemento parece coquetear con los paseantes que en su distraído camino lo han encontrado. Los niños en su mayoría lo comparan con un platillo volador y quizá, no estén tan equivocados.

Alguna vez escuché hablar a un par de indigentes. Uno de ellos, que presumía de llevar bastantes años viviendo en la susodicha avenida, decía que cuando se construyó esta torre después de la segunda mitad del siglo XX, ese volumen no se encontraba. Que fue allá por los años setenta que de pronto apareció. Según contaba, en algunos momentos ese pequeño platillo desaparece para después de unas horas, volver a estacionarse en el mismo lugar.

Fue así como decidí comprobar dicha noticia y me dispuse a esperar aquel momento durante varias semanas, hasta que una tarde de un sábado, un pequeño sonido proveniente de aquel edificio me quitó de mi sopor, e inmediatamente saqué las siguientes fotografías.

Fotografía y alteración realizadas por Israel Meneses Vélez.

Fotografía y alteración realizadas por Israel Meneses Vélez.




No hay comentarios:

Publicar un comentario