Intervención-acción-instalación

Tergiversación-es de la memoria

A partir de 1923, el artista alemán Kurt Schwitters trabajó en lo que él mismo llamaría “la obra de toda una vida”. Se trata de una intervención en su propia casa basada en la transformación física del interior por medio de ensambles que fue sobreponiendo dentro de la casa original. Estos añadidos fueron cambiando y reconfigurando el lugar durante años. Recovecos, recuerdos, zonas morfológicamente extrañas hicieron de este proyecto una caverna que recordando a Deleuze y Guattari, evocan la idea del pliegue interior en su manifestación tectónica. Esta obra que fue destruida en los bombardeos a Hannover, Alemania en 1945, y que a su vez fue acusada por los nazis como “arte degenerado”, ha marcado e influenciado el trabajo de un gran número de artistas, que incluso, han intentado reconstruir.


Merzbau (fragmento). Kurt Schwitters, Hannover, Alemania. 
Fotografía de Wilhelm Redemann, 1933.


El trabajo de Schwitters ha sido un excelente ejemplo de mezclar el trabajo artístico con la vida cotidiana. Lo que demostró fue que estas acciones pueden encaminar a la desmaterialización de ciertas fronteras como lo son la relación artista-creador a artista como un ensamble más de la obra, así también obra-espectador a participante-realizador de la obra.

El siguiente ejercicio fue una aproximación experimental a lo antes citado, pero con sus propios matices contemporáneos.
Tomando como metáfora las hojas que caen de los árboles en otoño a los recuerdos, al corte entre lo que se convierte en pasado y lo que retoma uno mismo como presente; me di a la tarea de recoger las hojas secas que encontré en mi camino diario por ciertas calles de la ciudad. Junté (con gran y valiosa ayuda) bolsas que fui guardando hasta completar las necesarias como para tapizar el piso de la zona pública de mi departamento.
Si bien una hoja seca sirve de análogo con los recuerdos, hacía falta materializar esta idea. Lo primero en mente fue recurrir a fotografías y mezclarlas con las hojas. Sin embargo, en mi trabajo artístico he intentado recurrir al trabajo colectivo con la finalidad de desaparecer en lo posible la figura del “espectador”, así como también ser un agente en la lucha por no recrudecer más las ya de por sí complicadas relaciones sociales. En una ciudad como lo es la Ciudad de México (y lo son muchas otras), el nivel de estrés y neurosis son alarmantes. Es necesario aclarar que uno como artista (arquitecto, músico, escultor, pintor, etc…) nunca va a poder revertir esta situación, pero sí evitará potencializarla.

Hice una convocatoria a diversos amigos a reunirnos en mi departamento para convivir y festejar una “intervención” en mi propia casa. Lo que parecía una reunión común y corriente, era para mí la oportunidad idónea para experimentar con los estímulos sociales por medio del arte. Utilizando los recursos de las redes sociales, me metí en el facebook de cada uno de los invitados y les robé sus fotos, para posteriormente manipularlas y tergiversarlas ¿De qué modo? Hice fotomontajes digitales en donde cambié las caras y los cuerpos, resultando de ello una mezcla (extraña, he de decirlo) de personajes que en la mayoría de los casos no se habían visto nunca. De este modo una fotografía que es el recuerdo de alguien, de pronto era el recuerdo “no recordado” de otra, o salía con amigos suyos que ahora eran desconocidos. Estas fotografías distorsionadas, las pegué directamente en el piso y sobre ellas coloqué las hojas secas, de este modo, el interior fue una sorpresa.

"Tergiversación-es de la memoria". Detalle de Fotografías sobre el piso.
Fotografía: Israel Meneses Vélez.

"Tergiversación-es de la memoria". Detalle de Fotografías sobre el piso.
Fotografía: Israel Meneses Vélez.


"Tergiversación-es de la memoria". Detalle de Fotografías sobre el piso.
Fotografía: Osvaldo Estrada.

La impresión de ver la sala repleta de hojas fue fuerte. Quité los cuadros que había en las paredes y sólo dejé el vacío con las hojas. Parecía un panteón onírico: una infinitud de cadáveres se abultaba en el piso donde se ahogaba la madera.
"Tergiversación-es de la memoria". 

Fotografía: Israel Meneses Vélez.


"Tergiversación-es de la memoria". 

Fotografía: Israel Meneses Vélez.


"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Israel Meneses Vélez.

El día de la reunión esta escena se presentó de manera violenta a los invitados. Algunos caminaron sobre las hojas, comenzaron a reconocer el lugar, a apropiarse de él. Sin embargo, la sorpresa esperaba debajo de ellos. Hice una presentación un tanto escueta de lo que se trataba, cuando comenté que debajo de las hojas se hallaban sus recuerdos, la sorpresa estalló en los ojos y la boca de varios de los asistentes. Los invité a caminar y buscarse debajo del escombro otoñal. Fue una experiencia muy singular escuchar el crujir de las hojas en un interior en donde jamás se hubiera pensado. El sonido de las hojas al mezclarse con las voces de los invitados, hizo que la atmósfera se rodeara de un aire místico, como un bosque invisible rodeado de vigorosas aguas.
"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Iván Parra.


"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Iván Parra.


"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Iván Parra.


"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Iván Parra.


"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Carlos H. Luna.


"Tergiversación-es de la memoria". 
Fotografía: Josué Lee.

La realidad parece ser una gran maquinaria pesada en donde un pequeño engrane dañado no para al sistema. Esta aplastante condición se mostró en este ejercicio. Después de haberse encontrado cada uno y haber encontrado y relacionado los rostros de las fotografías con los de la propia reunión, el olvido apareció con su obstinada paciencia, la cotidianidad festiva surgió de unas bocinas que invitaron al “público” a bailar sobre sus propios recuerdos. De este modo las hojas comenzaron a despedazarse, a convertirse en polvo y expandirse en medio de las piernas de aquellos que intentaron mostrar sus mejores pasos de baile, o en su caso, no pudieron despreciar la invitación a menear el cuerpo muy cerca de otro. No estuvo mal, hubo gente (aunque poca), que se animó a platicar con algún desconocido, a sonreírle y otras, como siempre, tan sólo miraron espaldas y dejaron escapar algún deseo.
El discurso en esta intervención está lejos de ser posmodernista. Si bien, utilizo herramientas propias de este momento ideológico, me niego a reproducir su perspectiva nihilista y suicida, promoviendo situaciones que potencialicen alternativas o vislumbren la idea de que la realidad puede ser alterada. De este modo, “Tergiversación-es de la memoria”, es un llamado a alterar la realidad por medio de acciones colectivas, tan comunes y corrientes como una fiesta, en un departamento cualquiera, de una ciudad cualquiera, de un país con graves problemas sociales… como cualquiera.

Agradezco enormemente la colaboración de Tania V. Campos y Osvaldo Estrada en esta intervención, muchas gracias amigos.



Líneas

El andar ha sido una práctica que ha acompañado al ser humano durante toda su historia. Al principio se manifestó como un fin en sí mismo ya que las primeras sociedades fueron nómadas y no había lugar al cual llegar; es decir el andar fungió como una condición permanente. A partir del sedentarismo y más tarde con la invención y desarrollo tecnológico de los medios de transporte, el andar fue relegado a un medio (en muchas ocasiones deplorado y desechado) para llegar “a…”. Agregando a esta situación el ritmo acelerado de la vida cotidiana, se ha generado en la conciencia de la gente la necesidad de acortar tiempos en sus recorridos. La enajenación y automatismo que ello ha provocado es una condición que sufre la mayoría de los habitantes de las grandes urbes. Alguien que no camina se convierte en un ser incapaz de interactuar con el exterior debido al miedo que engendra en su propio encierro. Ese miedo es producto de su propia imaginación, en muchas ocasiones reforzada por la nota roja de los noticieros.
Alguien que no camina además, ha perdido la capacidad de disfrutar de su entorno (cualquiera que sea), de convivir con los demás integrantes de la sociedad, recrudeciendo las tensas relaciones sociales que segmentan cada vez más a la ciudad. Comprendiendo este mal que aqueja a los habitantes de la ciudad, el andar adquiere una gran importancia para devolverles la conciencia de lo que les ha sido arrebatado. 

El acto de caminar deja huellas, transforma el espacio. Las veredas por ejemplo, son líneas que se han ido dibujando en el campo con el paso de los años. En la ciudad, las líneas no son las calles, sino el recorrido generado en ellas, es decir se produce una red invisible de líneas que interactúa con la rigidez de las trazas urbanas. 
Partiendo de la premisa de que las líneas son producto del caminar y en una ciudad son imperceptibles, "Líneas" trasgrede esta naturaleza y la traduce con la finalidad de despertar de una manera lúdica la conciencia de ello.

Esta intervención urbana se basa en una línea trazada con cal sobre la acera de los principales centros urbanos; invierte la línea de ser un producto a ser un generador, alterando así la propia cotidianidad. En el momento de que la línea es perceptible, invita a su recorrido a través de varias calles con el fin de romper la pasividad del habitante de la ciudad; el espectador se convierte así en el ejecutor de la obra misma. 



Linea de la Justicia Perdida, Ciudad de México, agosto de 2009.

Esta intervención es una acción temática que tiene como finalidad propiciar preguntas acerca de la condición social actual. En un mundo y un país en donde la palabra "Justicia" tan sólo es un concepto utópico y cada vez con menos significado, es necesario cuestionarse acerca de su práctica. La "Línea de la Justicia Perdida" nace de ello. El plan consistió en trazar 5 rutas posibles dentro de la Ciudad de México para trazar una línea de cal sobre la acera. El recorrido que tuviera cada ruta tendría que culminar en un mismo punto: la Suprema Corte de Justicia,a un lado del zócalo capitalino. Las líneas partieron de nodos urbanos que conectan con el centro de la ciudad y otros que sirven de referencia a los transeúntes: estaciones del metro principalmente y dos cantinas populares entre la juventud.


De esta manera las cinco rutas partieron de: 1. Metro Bellas Artes, 2. Metro San Juan de Letrán, 3. Metro Isabel la Católica, 4. Metro Pino Suárez; y 5. Cantina "Río de la Plata". La acción se desarrolló en dos etapas: 1. El proceso de realización. Durante este proceso se comienzó a despertar el interés de la gente al observar a un grupo de individuos pintando la banqueta de su ciudad, algunos preguntaron el porqué y no obtuvieron una respuesta clara, lo cual fue una de las intenciones de esta intervención. En este punto hubo una primera interacción con el "público". 2. La obra realizada. En esta etapa el público interesado mutó de ser observador a ser partícipe de la obra. Algunos seguieron la línea por un momento, otros no lo hicieron pero su interés fue despertado. Cabe mencionar que durante el recorrido estuvo escrito el nombre temático de la línea ("Línea de la justicia perdida") para que cuando finalizara se vislumbrara la intención del ejercicio.


Cabe decir que si bien hubo mucho interés en la gente, también hubo reacciones de rechazo en extremo, no se olvidan los "¡vayanse a ensuciar a otra parte!", que fue ocasionado por la "técnica" tan inmadura para trazar las líneas de cal, ya que era demasiado el polvo que producía nuestra acción. Sin embargo la técnica la fuimos depurando rápidamente.




Los altercados con la policía no se hicieron esperar. Una ruta no pudo culminar su acción porque fue reprimida y uno de sus integrantes (Mercus Mevel) remitido al "Juzgado cívico CUH-4". El pretexto fue porque se pasó por la Asamblea Legislativa del D.F. y eso lo tomaron como una protesta (que sí lo era de alguna manera, pero no así como lo plantearon los señores del "orden"). Al final de cuentas los argumentos por parte de los representantes del Estado no tuvieron muchas bases y el compañero remitido fue liberado, claro está, con una módica cantidad de un salario mínimo, cuando exigían al menos veinte. Se convenció a la juez de que la acción no dañaba a la ciudad ni a su mobiliario, ya que en cuestión de un par de días o una barrida, sería borrada.


Al final de la acción, hubo un buen sabor de boca. Cada uno de los equipos nos juntamos a compartir las experiencias, mientras que por otro lado la línea continuaba perturbando el recorrido ordinario de los habitantes de la ciudad.




Este proyecto tuvo el plus de conjuntar a un grupo de desconocidos con un fin común: perturbar la vida cotidiana. De esta manera, además de haber participado juntos en esta acción, también nos permitió conocernos y tener la experiencia de que es fácil hacer amigos.




... para terminar un video y otras imágenes.


Al final del video se escucha el sonido que hacían las piedras y la cal dentro del bote con el que se trazaron las líneas.





Hubo gente que tuvo la coincidencia de elegir tan sólo un lado de la línea para caminar. La línea fue también una frontera.



El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) también se hizo presente: al fondo se ve la tapa de lo que alguna vez fue la compañía de Luz y fuerza del Centro.




Líneas Puebla, octubre 2009.

La acción de pintar una línea con cal sobre las aceras y calles del centro de la ciudad de México, se repitió en la ciudad de Puebla. Fueron dos las rutas que se hicieron, cambiando a su vez la acción temática por una específicamente lúdica. Una ruta eligió escribir frases libres durante el recorrido, la otra jugar con el mobiliario urbano.





Me es grato decir que no hubo ningún detenido, ni acecho por parte de la policía, así como también que hubo una muy buena reacción de la gente, de hecho hubo quienes participaron con nosotros.




Son muchas las variables que puede haber en este tipo de intervenciones y acciones; el juego con el mobiliario urbano y con las frases libres durante el recorrido son sólo dos de ellas. En la próxima Línea probaremos otras formas, las calles serán distintas, así como la gente que las camina, ello es lo más importante.






Como siempre, en este tipo de acciones los niños son los más interesados.



Y sí, nada es para siempre, éstas líneas se borraron un par de días después... pero aparecerán en otro lugar, con otras personas.




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