Todo o nada. Intervención en la Hacienda de Caxcantla





La zona centro de Puebla se encuentra dentro del eje neovolcánico transversal. Es casi en su totalidad un valle que es interrumpido por diversos montes y cráteres pequeños en altura, los cuáles en su mayoría contienen agua. Además de los paisajes que brinda, la zona también es rica en leyendas.

El pueblo de Aljojuca es reconocido por su hermosa laguna-cráter, en la cual se puede pescar y acampar con tranquilidad. Saliendo de ese pueblo, a un par de minutos en auto, se encuentra la Hacienda de Caxcantla. Su arquitectura aunque colonial, tiene pequeñas muestras tardo-barrocas, la iglesia es el mejor ejemplo. Detrás de ésta se distribuye la hacienda: las habitaciones, los patios céntricos, las caballerizas, la zona de guardado de alimentos y dos aljibes de los que apenas sobrevive uno. La hacienda se encuentra en ruinas y el olvido es encarnado en maleza y sembradíos que poco a poco se comen al lugar.

Para los pobladores de Aljojuca y sus alrededores, la Hacienda de Caxcantla guarda dentro de sí historias que aún persisten de boca en boca:

"Se cuenta que el padre que presidía las misas en la iglesia de la hacienda, el cual era conocido como el padre García, era un hombre malévolo. Si alguna joven le gustaba, la mandaba a traer por la noche para abusar de ella, si resultaba de ello algún embarazo, mandaba a abortar, extrayendo el feto para dárselo de comer a los cerdos que se criaban en la hacienda. Lo mismo sucedía con quien no se le subordinaba.
Por las noches y en compañía de un gato negro, el padre García acostumbraba a cortar papel en forma de monedas. Al amanecer, el papel se había convertido en oro.
Los lugareños alrededor de esta región, cuentan que la gente que ha encontrado parte del tesoro escondido en la hacienda, ha escuchado una voz que dice: “o todo o nada”. Como es imposible llevarse todo el oro, jamás ha podido salir del lugar."

La leyenda anterior tiene variaciones, como por ejemplo que el padre García tenía un hermano gemelo que era el que se encargaba de hacer esas fechorías mientras que el padre dormía. O también, que según yo es la más creíble, que el padre García era un hombre que apoyaba las causas de los pobres y explotados en este lugar, por lo cual los hacendados crearon esa historia para que la gente dejara de creer en él y desistiera seguirle en el caso de alguna rebelión por él provocada. Sin embargo, La leyenda se complementa con otro relato:
"En abril de 1920, se firma bajo la dirección de Álvaro Obregón el Plan de Agua Prieta, en donde se desconoce al gobierno de Venustiano Carranza. Más de tres cuartas partes del ejército constitucionalista se une a los sublevados.
Carranza huyó de la Ciudad de México en los primeros días del mes de mayo. Con el fin de continuar su mandato parte en tren para instalarse en Veracruz. La caravana fue atacada constantemente y le fue imposible continuar, en ella iba el tesoro de la nación: billetes, monedas y barras de oro y plata.
En la estación Aljibes en Puebla, Carranza decide partir a caballo hacia su natal Coahuila, atravesando la sierra norte de Puebla. En la comunidad de Tlaxcaltongo del mismo estado, la madrugada del 21 de mayo de 1920, un grupo de sublevados tomó el lugar y da fin a la vida de Carranza, quien se encontraba escondido en un jacal.
Sobre el tesoro de la nación, la gente de Aljojuca cuenta que antes de internarse en la sierra norte, Carranza se desvió de la estación Aljibes unos 20 kilómetros en línea recta hacia el oriente. En ese lugar se encuentra la hacienda de Caxcantla. Allí enterró el tesoro."


El hecho de que la hacienda se encuentre en tan malas condiciones no tan sólo es por el olvido, sino por aquellos buscadores de tesoros que han derrumbado muros por la excavaciones que han realizado en su propia búsqueda. Caminar dentro de la hacienda es difícil por la cantidad de perforaciones que hay en el suelo y para los supersticiosos puede ser una interesante aventura.

INTERVENCIÓN

Tomando en cuenta las leyendas que hay acerca del lugar, decidí hacer una intervención en base a una instalación que rememorase las leyendas y se adaptara al lugar. Se hicieron varios recorridos, dentro de los cuales se ubicaron dos lugares de gran potencialidad visual para la instalación. El último recorrido sin embargo, se hizo gracias a unos niños que se metieron por entre la maleza y guiaron hacia la iglesia, a la cual no se había podido acceder anteriormente en las visitas por falta de perspicacia rural.

La iglesia a pesar de su deterioro, todavía se levanta majestuosa. Su interior parece que nunca tuvo piso y que el cascarón (las paredes y pilastras), se encuentran enterradas; es decir que su suelo es térreo, desnivelado y con excavaciones, las cuales algunas fueron tapadas con más tierra formando montículos, que hacen de la apariencia topográfica del interior de la iglesia algo más agreste.

No se dudó en escoger a aquel lugar como el sitio en donde se realizaría la instalación. Sin embargo, las ideas aún flotaban. Si bien la idea original se basaba en un lugar abstracto (que google earth ayudó a ubicar más en forma), el estar ahí era lo imprescindible para convertir a esa idea en algo concreto. Ya llevabas de antemano herramientas y los objetos con los que se intervendría, pero la topografía y el medio (la arquitectura y el recorrido del sol) fue lo que comenzó a guiarme.

La instalación se realizó en dos días, sin contar los preparativos en el taller para realizar los objetos que le darían materialidad. ¿Cuáles eran esos objetos? Fueron círculos hechos de madera y pintados con laca dorada para asemejarlos a monedas, que al igual como se dice, lo hacía el padre García en su versión con papel. Se sujetaron a la tierra por medio de pequeños palos de madera pintados de negro, de manera que fueran una conexión con el suelo, es decir como ralas piernas.





La morfología se logró buscando la luz del sol y jugando con la topografía. De esta manera la instalación tiene un aspecto orgánico y logra que su recorrido sea lúdico. Las piezas están relacionadas entre sí por la altura, conforme su recorrido se puede ver que suben y que bajan mirando hacia la luz del sol.




Otra intención que pudo lograrse, fue que la disposición de las piezas aludiera al peregrinaje, en relacion directa con la iglesia y el peregrinaje que se hace a ésta en el mes de junio. Por ello las piezas parecen entrar al recinto dispersas y después concentrarse en su parte más delgada en dos columnas dirigiéndose hacia el altar, en donde se bifurcan aprovechando una excavación menor, en medio de la cual de erige una pieza individual y solitaria.









El movimiento formal de la instalación, se une al movimiento del sol, por lo cual la instalación parece cambiar a diferentes horas del día.

La instalación se acopló al lugar, y por ello se dejó en él. ¿Qué sucederá con ella? Talvez se pierda en el olvido, no sin antes atraer el interés de algunos lugareños curiosos; talvez los niños se irán llevando las monedas como desmitificando la leyenda del "todo o nada", pero con la paradoja de que la leyenda seguirá, la instalación no. Lo importante es que la obra se queda, es pública y pertenece al lugar y a sus habitantes. Ha de ser interesante regresar algún día y percatarse del resultado de las hipótesis. Por ahora tan sólo queda la documentación fotográfica y en video.


Agradezco a Tania V. Campos Galicia su valiosa ayuda en este proyecto.
Texto y fotografías: Israel Meneses Vélez.


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