Visiones de La Habana. Memorias de una modernidad bicéfala.


La Habana es una ciudad muy peculiar por contener dentro de sí el peso de una memoria  que se niega a sucumbir y al mismo tiempo, una promesa incomprendida que permanece viva, como la dignidad de su gente cuando mira el horizonte desde el malecón.

La Habana es un museo vivo que paradójicamente no se ha museificado. En ella, aún se observan erguidas las viejas y arrogantes estructuras del pasado colonial, esas que recuerdan el antiguo monopolio comercial caribeño, el umbral del nuevo mundo y del tráfico mercantil, como una puerta con bisagra doble. En ella también perdura como dentadura vieja, la arquitectura decimonónica de la aristocracia, esa que la burguesía de principios del siglo XX abandona para conquistar la periferia en ese momento: Centro Habana, y poblarla con edificaciones que reflejaban sus más variadas y extravagantes pretensiones, el NEO así con mayúsculas, para completarlo con calificativos históricos como renacentista, colonial y barroco. Si bien, el Centro Histórico es abandonado por las clases altas, las bajas se lo apropian, en particular el proletariado urbano. El crecimiento de La Habana a fines del siglo XIX, comienza a segregarla, respondiendo a actividades cada vez más diferenciadas en torno a una función. Los cambios se acentúan con la modernidad. Centro Habana también es abandonada por la burguesía y se convierte en zona comercial. La burguesía, cuya naturaleza social es acumulativa e insatisfecha, se muda poco antes de mediados del siglo XX hacia Vedado y Miramar. Ahí se concentra la cultura y la maquinaria turística: casinos y hoteles, particularmente en Vedado. La especulación nada tardía y por demás creativa, recurre a la mejor fórmula de acumulación a través de la arquitectura: edificios de varios niveles, éstos delinean con soberbia a la ciudad. En ese momento se define un eje en torno a las disposiciones de la media y alta burguesía a lo largo de la franja marítima: una zona comercial que corre hacia el sur-oriente, pasa por hoteles y casas de lujo y remata en clubes marítimos privados. De esta manera, el mercado le imprime su propia morfología a la ciudad. Detrás de todo esto, la economía de un país por demás atrasado industrialmente y dependiente, manifiesta de forma cruenta sus contradicciones, hasta que a finales de la primera mitad del siglo XX, el globo de Batista revienta. La primera revolución socialista del tercer mundo (Paolucci, 2009: 156), transforma las relaciones sociales y por ende a la ciudad, las viejas edificaciones permanecen, pero cambian de funciones; lo que abandonó la burguesía esquizofrénica al huir del país, es aprovechado por los que no tenían nada qué abandonar. Cambian las leyes: los arrendatarios se vuelven propietarios y los procesos de desalojo son detenidos. Posteriormente el nuevo Estado, ya organizado y con una economía planificada, comienza la tarea de construir, de generar formas nuevas, utopías en algunos casos. La modernidad continúa su escarpada travesía en esta isla, en esta capital de texturas. La vivienda, la salud, la educación y el deporte, se vuelven cuatro ejes, cuatro mundos que se van reinventando en la isla. Posteriormente, la cruda experiencia muestra que el uso de tecnologías constructivas, económicas y eficientes es clave para responder históricamente a las necesidades materiales que no descansan, se multiplican. Y así La Habana se va volviendo memoria viva, porque contiene en sí “la sedimentación de numerosos destinos frustrados” (Duany, 2002).

La Modernidad cubana es bicéfala porque se manifiesta en dos tiempos distintos y muy cercanos, divididos y conectados por medio de un hecho que cambió la historia de la isla: la Revolución. El cambio del régimen de propiedad, provocó también un cambio en las prioridades constructivas del Estado, en las formas y contenidos; y sin embargo, todo ello se ha vuelto con el tiempo, una sola herencia, un presente constante que huye de sí mismo para regresar al mismo sitio.

Este análisis de La Habana es en sí, el recuerdo de un foráneo con la intención de comprender que toda forma y contenido, tiene una estrecha relación con un tiempo y lugar determinados, con una cultura y sociedad en particular, y que a pesar de que son relaciones fuertes e inquebrantables, éstas cambian y se regeneran, mutan y continúan, tal y como sucedió después de la Revolución.

Modernidad pre-revolucionaria

Los países latinoamericanos tienen en común el atraso industrial, sin embargo, en cada uno de ellos se generan diversas particularidades que guardan una estrecha y compleja relación con sus propias sociedades y cultura. Tomando en cuenta una sociedad dividida en clases sociales, en donde la clase dominante impone y reproduce sus propias características a la cultura; pero a su vez, ésta es dependiente y tiene aspiraciones de las clases dominantes de los países desarrollados, suele importar elementos culturales y en algunos casos con éxito, apropiándoselos, aunque a destiempo. Esto sucedía en Cuba antes de la segunda mitad del siglo XX, y así fue como la burguesía cubana en los años cuarenta, importa los movimientos culturales internacionales que habían surgido en Europa casi dos décadas antes. Esta importación está directamente relacionada con el crecimiento de La Habana, ya que se dio se forma descontrolada, respondiendo a las dinámicas del mercado inmobiliario.

El uso de la arquitectura moderna durante la década de los años cuarenta se puede conjuntar en cuatro grandes rubros:

1. Cultura y Entretenimiento.
2. Comercio.
3. Arquitectura de altura o especulación.
4. Arquitectura doméstica para clase media y media alta.

Las formas a las que se recurre son las internacionales, en particular:

1. Art Decó.
2. El lenguaje Moderno. Aunque propiamente es internacional, su tropicalización o apropiación a un clima y una región particular, le imprimió una identidad peculiar. Los recursos formales para ello son:

- Uso de doble fachada por medio de celosías.
- Cornisas de grandes proporciones para crear sombras.
- Balcones resaltando bandas horizontales para crear sombras, áreas de ventilación y asoleamiento.

1. Cultura y Entretenimiento.

Imagen 1. Cine Arenal. Ubicado en el barrio Playa de La Habana sobre la Avenida 41 entre Calle 30 y 34, frente al reparto Kholy, está ubicado en una zona que fue urbanizada alrededor de la segunda década del siglo XX para albergar a los últimos reductos de la aristocracia cubana y posteriormente a la alta burguesía. El cine fue inaugurado en 1945 y presenta una fachada Art Decó tardío, que remata en la parte superior con un escalonamiento en torno a un eje simétrico.

Imagen 1. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.

Imagen 2 y 2a. Uso de grandes cornisas. Teatro Rodi, hoy Julio Antonio Mella. Ubicado en Calle Línea # 657 entre A y B, Vedado, municipio Plaza de la Revolución, originalmente fue el Cine Teatro Rodi, inaugurado en 1952, siete años después del Cine Arenal. A pesar de que no los separan muchos años, es evidente la diferencia del lenguaje arquitectónico entre los dos edificios, el teatro Mella pertenece a una arquitectura internacional que si bien, ya no era
nueva en Europa, sí correspondió a un movimiento de vanguardia. La “arquitectura moderna” abandona la simetría y recurre a elementos que acentúan la horizontalidad. La tipología arquitectónica para estas actividades recurrían al uso de tipografías a escala urbana, por lo cual, la arquitectura preparaba grandes extensiones de muro para ello.

Imagen 2. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.

Imagen 2a. Autor de la fotografía: Desconocido.

2. Comercio.

Imagen 3. Uso de doble fachada con celosías. Galería Galiano. Está ubicada en la esquina de las calles de Galiano y Concordia en Centro Habana. Galiano fue una de las calles comerciales más importantes durante gran parte de la primera mitad del siglo XX. Este edificio fue un almacén pionero en su tipo en  la Habana, porque contaba con una rampa en espiral para autos que llevaba al estacionamiento, ubicado en la azotea. Es muy representativo de la modernidad porque su
lenguaje rompe radicalmente con el contexto histórico inmediato. El uso de la celosía en el perímetro de la fachada, recuerda al estacionamiento en la calle de Gante, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, que hiciera José Villagrán en 1951. Se desconoce la fecha exacta de su construcción, pero por haber integrado a su diseño rampa para autos, se sospecha que haya sido durante la primera mitad de la década de los años cincuenta.
 
Imagen 3. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.

Imagen 3a. Estacionamiento Gante, Centro Histórico de la CDMX. Autor de la fotografía: Desconocido.

Imagen 4. Uso de grandes cornisas. Edificio Asnuru. Si bien es de uso mixto, este edificio de los años cincuenta, contiene una planta baja de gran altura dedicada en su totalidad al comercio. Anteriormente a la Revolución, fungió como restaurante. El volumen paralelepípedo superior, da la impresión de estar flotando por el arriesgado volado que sirve como marquesina para dar sombra.

Imagen 4. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.

3. Arquitectura de altura o especulación.

Imagen 5, 5a, 5b, 5c y 5d. Uso de grandes cornisas, balcones y dobles fachadas. Skyline. Como en toda economía capitalista, los edificios de varios niveles se construyeron en zonas donde el valor del suelo estaba por arriba del promedio. Aprovechando los avances técnicos a su disposición, los inversionistas mandaron a construir varios edificios de gran altura sobre el eje que estaba previsto en la década de los
años 50, para unir Miramar y Playa, con las zonas turísticas y comerciales al borde del malecón hasta Vedado. La mayoría de estos edificios carecen de atributos arquitectónicos, ya que su diseño se basó en generar metros cuadrados de piso, por sobre alguna cualidad arquitectónica, ya sea habitacional, plástica, ambiental, técnica, urbana, etc.

Imagen 5. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 5a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 5b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 5c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 5d. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 6, 6a y 6b. Uso de grandes cornisas, balcones y dobles fachadas. Edificio del Seguro Médico. Se ubica en la calle 23 esquina con N, en Vedado. Su autor es uno de los mejores arquitectos cubanos del siglo XX: Antonio Quintana, quien decidió quedarse después de la Revolución, y participó en la construcción del país haciendo vivienda y otros proyectos. En lo que respecta a éste, se construyó en 1957; el cuerpo que sirve de basamento tiene 4 niveles, en los cuales de ubican salones de actos, las oficinas del Seguro, hemeroteca y oficinas del Colegio Médico de La Habana; el volumen superior, tiene 19 niveles con 3 departamentos por nivel: dos con un par habitaciones y otro apartamento con una sola habitación.

 Imagen 6. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 6. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Imagen 6b. Fotografía del edificio del Seguro Médico antes de la Revolución. 
Autor de la fotografía: Desconocido. 

4. Arquitectura doméstica para clase media y alta.

Imagen 7 - 7i. Este rubro contiene una gran riqueza tipológicca y paradójicamente también es producto de la especulación inmobiliaria; sin embargo el grado de inversión es menor por tratarse de departamentos destinados a estratos medios. La cantidad de niveles permite a los arquitectos experimentar con texturas, formas y colores sin rozar lo agresivo; además les permite llegar a resultados más habitables por tratarse de edificios que albergan a menos familias y que pueden aprovechar más las ventilaciones y las propiassombras que genera una morfología más flexible y con menor altura para evitar la penumbra casi total. Las edificaciones cuyas colindancias dan a otras, se dejan libres, para permitir la ventilación desde las medianeras. La individualidad otorgada a los arquitectos por estas tipologías, ha aportado en algunos casos, elementos que han enriquecido la cultura arquitectónica de la Habana, los cuales se pueden observar en los balcones, en las esquinas, en los remates superiores, en las celosías empleadas, etc., cualidades que le dan identidad a cada uno de estos edificios.

 Imagen 7. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

  Imagen 7a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

  Imagen 7b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

  Imagen 7c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.  

  Imagen 7d. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.  

   Imagen 7e. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.  

   Imagen 7f. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

   Imagen 7g. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

 Imagen 7h. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

 Imagen 7i. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

En 1954 se formula la Carta de La Habana, retomando la del CIAM (la Carta de Atenas) de 1935. Este hecho contradictorio en sí mismo, implicaba segmentar a la ciudad por funciones, pero también representaba una crítica a la falta de planificación urbana de La Habana, la cual había crecido según los designios de la especulación inmobiliaria. Cuatro años antes de la Revolución, la dictadura de Fulgencio Batista decretó una ley (Ley de Planificación Nacional) con la que se creaba la Junta Nacional de Planificación, misma que un año después contrataría al despacho Town Planning Asociates, en donde trabajaba José Luis Sert, entre otros arquitectos y urbanistas (Ponce, 2007). De las propuestas que se hicieron, es menester recordar la creación de una ciudad alterna o satélite, llamada “La Habana del Este”, la cual manejaba una segmentación basada en cuatro funciones:

1. Zona Industrial.
2. Zona Comercial.
3. Zona Residencial.
4. Zona de Oficinas.

Sin embargo, las condiciones materiales de la población cubana contradecían aquellos planes. Fue así, que en 1959, después de múltiples enfrentamientos y muertes, la Revolución gana y supone un cambio de paradigma.

Modernidad revolucionaria

En enero de 1959 se consuma la Revolución Cubana, la gente sale a las calles y con júbilo da muestras de apoyo a los “barbudos”, las calles están llenas, en ellas se vive un ambiente festivo, saben que lo que sigue es distinto, difícil, oscuro; ya habrá tiempo de preocupaciones, enero es para festejar...

El carácter de un Estado se puede vislumbrar por el régimen de propiedad. En el caso de Cuba, inmediatamente después de derrocar a Batista, fueron promulgadas las primeras leyes que lo definirían. En cuestión de posesión del suelo y la vivienda, las primeras leyes cesaron los procesos de desalojo y las demandas de desahucio; y prohibieron la venta forzosa de terrenos urbanos para combatir la especulación (Treffiz, 2011). Dos años después, las viviendas en renta pasaron a ser propiedad de los arrendatarios, todo ello mediante un fondo con el que el Estado indemnizaba a los arrendadores; además de prohibir cualquier forma de alquiler de vivienda, dejando autorizada sólo la permuta de viviendas con valor semejante.

Para la reconstrucción del país, el nuevo gobierno se basó en cuatro ejes fundamentales que redefinieron los usos en la arquitectura:

1. Salud.
2. Educación.
3. Vivienda.
4. Deporte.

La materialidad en la que se manifiesta cada uno de estos ejes, produjo una gran variedad de formas nuevas, que buscaban ser congruentes desde su propio lenguaje, con las nuevas condiciones sociales y económicas. Sin embargo, todas estas formas fueron continuidad del pensamiento moderno, positivista; sólo que en un régimen de propiedad distinto, y eso permitió que todo lo nuevo que se construyera, fuera distinto a lo anterior.

Se vislumbran dentro de la nueva morfología, tres lenguajes distintos:

1.Brutalismo o Megaestructuras.
2. Utopía Sinuosa.
3. Compacidad Tropicalizada o Regionalismo Moderno.

Sobre estos lenguajes se reconstruyó al país; algunos de ellos mutaron hasta la actualidad, otros no pudieron continuar por ser incosteables y otros tampoco por razones ideológicas; sin embargo, dejaron una valiosa huella. Por esta razón, creo menester acudir a una “taxidermia” arquitectónica basada en la morfología en este caso, porque el lenguaje se diversificó, no por ello se debe olvidar que los usos también cambiaron.

1. Brutalismo o Megastructuras.

En este rubro arquitectos e ingenieros, recurrieron a los avances técnico-constructivos para generar grandes estructuras prefabricadas y sistematizar el proceso constructivo. Los resultados fueron interesantes sobremanera, pero por ser las propuestas muy ambiciosas, esta morfología dejó de usarse. Los casos más emblemáticos son los siguientes.

Imagen 8 - 8d. Edificio Giron. Está ubicado frente al malecón entre las calles E y F, sitio que  antes de la Revolución estaba destinado como “eje” para las clases altas. Fue construido en 1967 y diseñado por Antonio Quintana y Alberto Rodríguez. El sistema construido fue a base de moldes deslizantes combinados con un sistema postensado en las estructuras horizontales.

Esta estructura se basa en dos edificios de 17 niveles cada uno dispuestos paralelamente de forma escalonada en planta y unidos por cuatro megacolumnas que sirven a la vez para ubicar elevadores que se conectan a una circulación vertical a cada cuatro niveles; estas circulaciones son grandes bloques prefabricados que sirven para unir estructuralmente los dos edificios a un elemento intermedio que sirve como “columna vertebral”.

Estos edificios mantienen la planta baja libre, siguiendo con el lenguaje moderno y por tener un sistema constructivo complejo en cuanto a la forma, se generan espacios comunes muy peculiares con circulaciones que permiten la comunicación entre los dos bloques.

Cabe recordar que este proyecto se hizo de forma experimental y requirió de un gran equipo de arquitectos e ingenieros, por lo que su costo resultó elevado. Sin embargo la experiencia quedó para la posteridad, el edificio en la actualidad, a pesar de no haber  tenido mantenimiento en muchos años, continua funcionando, con todo y elevadores.

 Imagen 8. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

 Imagen 8a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

  Imagen 8b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

 Imagen 8c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

Imagen 8d. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

2. Utopía sinuosa.

La arquitectura que se hace en algunas zonas costeras de latinoamérica comparten la peculiaridad de una morfología sinuosa. Estas características se encuentran en esta arquitectura, sin embargo en este caso surgieron con la fuerza y auspicio que dio la revolución. Es de lamentar que la estética “realista” impuesta por el antiguo estado obrero de la desaparecida U.R.S.S., censuró esta estética, argumentando que no era representativa del proletariado y demás clases bajas, de esta manera se detuvo el camino de un lenguaje plástico propositivo y regional.

Imagen 9 - 9c. Escuela Nacional de Arte. Se construyó en 1962, en lo que anterior a la Revolución había sido el campo de golf del exclusivo Country Club. Se conforma por cuatro escuelas: Artes Plásticas, Danza, Teatro y Música, sin embargo son las primeras tres las que presentan esta morfología sinuosa.

El proyecto es obra de los arquitectos Ricardo Porro, Vittorio Garatti y Roberto Gottardi, quienes basaron su diseño en plantas orgánicas para generar distintas vistas, siempre sorpresivas, y un microclima por el uso de celosías y otro tipo de ventilaciones como patios centrales y pasillos perimetrales cubiertos que conectan a las diversas estructuras con las que se compone el conjunto. Una de sus características es que el conjunto en su totalidad recurre al suso de bóvedas catalanas con algunas variaciones. Cada escuela es distinta entre sí, por razones de uso, y por lo tanto morfología cambia en cuestión de alturas y vacíos.

 Imagen 9. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

  Imagen 9a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

  Imagen 9b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

  Imagen 9c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

Imagen 10 - 10c. Parque Deportivo José Martí. Se encuentra frente al malecón, entre las calles G e I. Se construyó en 1960, producto de una remodelación y ampliación hecha por el arquitecto Octavio Buigas. Cuenta con un gimnasio, un conjunto con piscinas, un estadio con capacidad para 3150 personas, área infantil y canchas deportivas de basquetbol y vóleibol al aire libre. Este conjunto deportivo se distingue por sus grandes cubiertas de cascarón de concreto, cuya geometría repetitiva genera patrones orgánicos que le aportan gran estabilidad estructural.

El conjunto está orientado de tal manera que reciba la brisa marítima y refresque los espacios semiabiertos o techados. Sin embargo esa razón obliga a darle mantenimiento constante, lo cual no se ha hecho desde la década de los años noventa, por los graves problemas económicos a los que se enfrentó Cuba después de las contrarrevoluciones de los países “socialistas” de Europa del Este y la Ex-U.R.S.S., que junto con el embargo económico, obligaron a la isla a optimizar sus recursos. En la actualidad este conjunto está semiabandonado, siendo el área de las piscinas la que mayor destrucción ha experimentado.

  Imagen 10. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

  Imagen 10a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

 Imagen 10b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

 Imagen 10c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

3. Compacidad tropicalizada.

El concepto de compacidad habla del uso de geometrías básicas como estrategia proyectual  ya sea en planta o alzado. La mayoría de la arquitectura moderna recurrió a ello, sin embargo al conjuntarlo con el concepto de tropicalización, se hace referencia a una interpretación regional muy particular de una cultura no occidental. La riqueza resultante de ello complejiza la sencillez, sin perder en lo general la morfología básica. En La Habana hay muchos ejemplos, pero sólo se recurrirá a dos de ellos por la importancia que tuvieron históricamente en su momento.

Imagen 11 - 11c. Reparto Camilo Cienfuegos, Habana del Este. Retomando el proyecto que se había suspendido antes de la Revolución, se decidió darle continuidad pero ahora con una sola prioridad: vivienda para la población. Se tomó a la célula vecinal como unidad básica para la composición proyectual, lo que fortaleció la idea de generar súpermanzanas, para favorecer la vida comunal al interior de éstas.

El conjunto cuenta con equipamiento como guarderías, primarias y secundarias; salones de usos múltiples, centros de salud, administrativos,comerciales y áreas deportivas, para cubrir las necesidades habitacionales de 8000 personas en un total de 1306 viviendas y 95000 m2 de áreas verdes. Las tipologías que conforman al conjunto, van de los 4 a los 11 niveles, formando una estructura de 7 grupos residenciales con 200 viviendas aproximadamente.

Si bien se diseñó este proyecto en torno a súpermanzanas y a las afueras de La Habana, cuando se entregaron estas viviendas, en 1962, sólo el 2% de sus habitantes poseían auto. Un problema en esta unidad habitacional es que el trazo de los andadores es muy rígido, por lo que la gente ha preferido hacer sus propios caminos, dejando veredas que reflejan la distancia que existe entre el proyecto de circulación peatonal y la realidad.

 Imagen 11. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

 Imagen 11a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.     

 Imagen 11b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

 Imagen 11c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

Imagen 12 - 12d. Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría. José Antonio Echeverría fue un estudiante de arquitectura y líder revolucionario, sin embargo fue asesinado durante el asalto al Palacio Presidencial en marzo de 1957. Con el triunfo de la Revolución, el nuevo gobierno decidió hacer una gran ciudad universitaria que conjuntara las ciencias técnicas que le urgían al país para su reconstrucción, de esta manera, en 1964 se inaugura este complejo educativo con seis carreras: Ingeniería Civil, Eléctrica, Industrial, Mecánica, Química y Arquitectura, dispuestas en un conjunto con cuarenta edificios sobre un área de 398 000 m2.

Son siete los edificios de mayor altura, que oscila de los 5 a los 7 niveles dependiendo de la topografía, ya que hay una pendiente hacia el oriente, lo que permite que el trazo rígido de la planta arquitectónica, se enriquezca con las diversas alturas que se crean en las plantas bajas de los edificios. Como la orientación es norte-sur los edificios de mayor altura cuentan con varios paños de fachada que son divididos por los entrepisos, lo que crea una gran tonalidad de sombras.

La relación entre cada edificio se da por medio de plazas que permiten el descanso, asoleamiento y comunicación entre los estudiantes. Al ser libres las plantas bajas, permiten que el área libre se duplique, en estas zonas, por lo que también se convierten en plazas.

Un inconveniente es el tema de la accesibilidad, ya que para alguien en silla de ruedas o algún otro problema que no le permita usar las escaleras, le será muy complicado acceder a todos los servicios.

 Imagen 12. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

 Imagen 12a. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.    

  Imagen 12b. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez.   

   Imagen 12c. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

   Imagen 12d. Autor de la fotografía: Israel Meneses Vélez. 

Epílogo

El régimen de propiedad es un elemento determinante en la producción arquitectónica. Como se pudo ver en este escrito, el antes y el después de la Revolución Cubana se nota por el tipo de edificios al que el Estado le da prioridad. Antes de ella, por ejemplo, era la arquitectura de la especulación y los edificios que resguardaban actividades de entretenimiento los que tenían las facilidades para construir. Si bien, no las construía el Estado, éste promovió la venta del suelo. En una economía dependiente y débil, los inversionistas sólo podían ser los provenientes de los países más desarrollados, que por la cercanía y la relación histórica, eran los Estados Unidos. La arquitectura en ese periodo se caracterizó simplemente por el uso del lenguaje en boga, que sin embargo, hay ejemplos extraordinarios de ello por toda La Habana. Fue la arquitectura doméstica la que permitió a los arquitectos explorar con texturas, colores y otros elementos físicos para darle identidad a la modernidad cubana.

Con la Revolución, la prioridad del gobierno fue social, y de ahí que la arquitectura que tuviera todo su respaldo fuera la Vivienda social, la Salud, la Educación y el Deporte. Cuba fue un semillero de utopías que lamentablemente desaparecieron no por un fracaso como tal, sino porque o por el momento no había las condiciones materiales para continuar esos proyectos o por una cuestión de índole ideológico-político que la frívola y lejana U.R.S.S. con su estado obrero en deformación no pudo entender. Sin embargo estos ejemplos deben de reestudiarse, desde una perspectiva contemporánea, ya que como decía Andreas Huyssen: “[…] la nueva narrativa de las modernidades alternativas tal como se discute en el ámbito de la antropología y de los estudios poscoloniales [es] lo que nos hace mirar atrás, hacia las variedades del modernismo anteriormente excluidas del canon euroamericano como derivativas e imitativas y, en consecuencia, como inauténticas” (Huyssen, 2010: 25-26).

Cuba ha tenido varios cambios económicos en la actualidad, uno de ellos es el decreto por el cual una persona ya puede a cuenta propia vender y comprar una vivienda. Si bien, puede ser un incentivo para generar mayor movimiento económico y mejor cuidado de las viviendas, también puede ser una herramienta de doble filo al abrirle una ventana a la especulación. En lo personal, espero no suceda.


Bibliografía


DUANY, Andres Foreward. In Havana. Two Faces of the AntilleanMetropolis. Eds. Roberto Segre, Mario Copula e M. Scarpaci, New York, 2002.

HUYSSEN, Andreas, Modernismo después de la Modernidad, gedisa, Buenos Aires, 2010.

MUÑOZ Hernández, Rusian y ZARDOYA Loureda, Maria Victoria, “Las ‘Casas de Pastorita’ en La Habana”, Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXVII, N° 1, enero-abril, Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, La Habana, 2016, pp. 37-50

PAOLUCCI, Gabriella, en Lorini, A. y D. Basosi (eds) Cuba in the World, the world in Cuba. Essays on Cuban History, Politics and Culture, Firenze University Press, Italy, 2009.

PONCE Herrero, Gabino, “La ‘Ciudad Moderna’ en La Habana”, Investigaciones Geográficas, N° 44, Universidad de Alicante, 2007, pp.126-146.

TREFFIZ, Erich, “50 años de Ley de Reforma Urbana en Cuba. En el Aniversario del Cambio del Paradigma”, Revista INVI, N°72, Vol. 26, agosto 2011, pp. 19-62.

2 comentarios:

  1. Este me gusto mucho ya esta para un libro, luego te enseño unos esquemas para analizar.

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  2. Felicitaciones excelente artículo. Brillantes fotografías
    Tal vez tiene mas imágenes de la cuba moderna pre-revolución
    Saludos

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